jueves, 9 de marzo de 2017

ARTÍCULO AIKIDO BADIA

Aiki No Kurai (Mitsugi Saotome)

Si miramos los documentos de estrategia militar y en las enseñanzas 
secretas del Budo antiguo, la palabra Aiki representa la lección más
 profunda y avanzada: "vencer sin luchar". El Aiki no tiene forma, es
 intemporal y vacío. Es uno con el espíritu del universo y de la naturaleza.






Como un espejo de cristal refleja todas las cosas tal como son. 
Cuando el corazón es puro y claro nadie puede convertirse en nuestro enemigo.
Cada persona como ser humano contiene y está contenida dentro 
del todo infinito.
 Si nos hacemos uno con el universo, nos convertiremos en la 
encarnación del <michi>, el camino. 
El verdadero mundo del Aiki existe más allá de la fórmula y la técnica.
 Es un concepto abstracto y difícil de comprender.
 Es un estado de conciencia libre de mezquindad y de egoísmo, en
 que se está en paz con uno mismo y con el mundo. 
Si deseábamos acercarnos a la realidad del Aikido, debemos tratar de alcanzar este estado mental.







Cuando nuestra vida llega a ser un espejo claro, sin distorsiones nos volvemos uno solo con nuestros compañeros de práctica, sino también con las leyes de la naturaleza. A esto se le llama AIKI NO KURAI la conciencia más alta del Aiki.





O'Sensei una vez me dijo: Saotome, si deseas comprender el AIKI NO KURAI  estudia el mundo de la naturaleza. Piensa como en un águila volando en lo alto del cielo es capaz de atrapar un pez que nada debajo de la superficie del agua. Desde la orilla donde estamos la corriente del océano distorsiona nuestra visión; pero desde muy arriba el águila ve el pez, de hecho las sombras del pez, como si estuvieran reflejadas en un espejo. El águila saca de un tirón al pez del agua con la misma facilidad con la que nosotros podemos recoger una piedra en una llanura abierta. Al propio tiempo el águila no puede compararse con la rapidez del conejo en el suelo, pero desde el cielo sigue con facilidad el recorrido del conejo.   AIKI NO KURAI no es solamente una enseñanza de las artes marciales, sino una lección de la misma naturaleza. La naturaleza es también nuestro dojo. Las intrincadas variaciones de las estaciones, la belleza de las flores en el campo son nuestros maestros, y nos lleva hasta la conciencia más alta del Aiki. Cualquier estudiante serio del Aikido debe observar los fenómenos del universo en movimiento para descubrir el sentido de su estudio. A medida que vayamos entendiendo estos fenómenos deberemos aplicar dicha comprensión a nuestra práctica del Budo. Esta es mi enseñanza.






Recuerdo también una ocasión en que O'Sensei sermoneó a un grupo religiosos y les dijo:

La demostración de Aikido que les acabo de ofrecer puede haberles dado la impresión de un hombre anciano. Hay mucho de cierto en esta impresión. A menos que le demos un sentido de placer y diversión a nuestra práctica de Aikido, el verdadero Aikido resulta difícil de alcanzar. A mí me proporciona un gran plácer de la búsqueda del camino de los Dioses. El Aikido debe ser una danza de los dioses. Recordar el mito de "Ama no iwata biraki", la apertura de la puerta de roca del cielo.En esta antigua historia Amaterasu Omi Kami, la diosa del Sol,  se ocultó en una cueva y la selló con una puerta de piedra, y todo el mundo quedó envuelto por un velo de oscuridad. A fin de devolver la luz al mundo, los otros Dioses trazaron un plan. Representaron una escena de danza delante de la puerta de Amaterasu. Mientras bailaban y se divertían los sonidos de su risa y de su diversión llegaron a los oídos de la Diosa., y entreabrió un poco la puerta, sintiendo curiosidad por ver que jarana se estaba desarrollando fuera de su cueva. En aquel momento Teji Kara No Mikoto, el Dios de la fuerza incomparable, empujó y abrió la puerta de roca y condujo de nuevo a Amaterasu al mundo, y el mundo volvió a llenarse con su luz. Esta antigua historia nos da una lección relativa al deber del Budo.   



ARTÍCULO AIKIDO BADIA

Aikido sin distinción de géneros.

Pensar  que el Aikido es un Arte Marcial exclusivo para hombres seria desacertado,
 al igual que pensar que lo sublime de sus movimientos es exclusivo para la mujer.
Si ahondamos en la etimología de la palabra “Artes Marciales”, podemos encontrar que 
su origen proviene del latín ars martialis,empleado para referirse a las llamadas Artes de Marte, 
sistemas de prácticas y tradiciones codificadas para entrenamiento en el combate cuerpo
 a cuerpo o con armas. Al leer esto automáticamente nos viene a la mente el paradigma 
de que es un territorio solo de hombres.
Afortunadamente, en la actualidad las cosas han cambiado y vemos a hombres y mujeres
 desempeñando diariamente de manera excelente diferentes roles sin que su género
 sea determinante para ello. Sin importar que haya sido un Arte Marcial fundado y 
desarrollado por un hombre, este es el caso del Aikido, arte en el que cada vez 
vemos sumarse a más mujeres que logran altos grados y algunas incluso 
desempeñan cargos administrativos.
Sobre el tatami no hay distinción de tamaño, género o contextura. Las mujeres dejamos
 la actitud de victima pasiva resignadas a sufrir cualquier agresión o ataque, desarrollando 
con la práctica la determinación y la capacidad de anticipar cualquier amenaza de violencia,
 mejorando a su vez nuestra forma de manejar una situación problemática, evitando todas 
las fuentes de conflicto innecesario e improductivo.


En este arte marcial, miramos más allá de la idea de conflicto a través de la flexibilidad
 de la mente, el cuerpo y la capacidad de evaluar rápidamente las situaciones. 
Por lo tanto, el Aikido no requiere fuerza física especial, por lo cual podemos 
avanzar en esta disciplina y obtener  la misma eficacia que los hombres pero con nuestra
 sutileza natural. A menudo, las mujeres Aikidokas tenemos que entrenar con hombres
 más altos o más corpulentos y es ahí donde nuestra supuesta debilidad física se 
pone a prueba convirtiéndose en fortaleza, pues ambos estamos sometidos a evaluar la
 situación y analizar las posibilidades para dar la mejor respuesta a través de la eficacia y
 la potencia. 





Si indagamos sobre las mujeres que han obtenido altos grados en Aikido encontraremos 
una larga lista de nombres como: Fukiko Sunadomari, Barbara Bitton, Yoko Okamoto, 
Penny Bernarth, Jenny Flowers, Pat Hendricks, Wee Wow Dumlao, entre otras, todas con 
excelente trabajo, eficacia y desempeño técnico.
En una entrevista realizada por Guillaume Erard a Yoko Okamoto Sensei, el 13 de septiembre
 de 2014, se tocó este tema, preguntándosele: ¿Hay técnicas de Aikido diferentes para hombres y mujeres?
A lo cual Okamoto Yoko Sensei respondió: “ En lo que yo enseño, las técnicas básicamente 
son las mismas. Habiendo dicho eso, hay diferencias en el sentido de que algunas personas
 son altas, bajas, grandes, pequeñas, hay niños, adultos, etc. Por eso creo que la forma no
 es algo que se deba usar para encuadrar algo en una figura específica, pero debería haber 
cierto grado de flexibilidad al forjar la forma.
Hay elementos de una técnica que deben ser cambiados y otros deben permanecer constantes. 
Si nuestro compañero realiza un cambio entonces nosotros, por consiguiente, deberíamos 
cambiar también. Los principios permanecen inalterables pero la forma debería ser adaptable”
Dicho esto, queda más que claro que a pesar de nuestras supuestas diferencias, 
en cuanto a Artes Marciales como en otras actividades de la vida las mujeres 
no tenemos nada que envidiarle a los hombres y viceversa.  

VÍDEO RECOMENDACIÓN AIKIDO BADIA "Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu - Sugino Yoshio"

VÍDEO RECOMENDACIÓN AIKIDO BADIA

lunes, 6 de marzo de 2017

VÍDEO RECOMENDACIÓN AIKIDO BADIA "Aiki Otoshi"

ARTÍCULO AIKIDO BADIA " EL CÍRCULO"



El círculo representa en su vaciedad, la absoluta plenitud, simplicidad , integridad, infinidad , perfección de la armonía.


El círculo del sumi, pintado con tinta, o Enso, es un símbolo espiritual de muy profundo significado para muchos religiosos, particularmente para los budistas Zen.
El círculo, según el entendimiento de la tradición del Zen, es una representación de nuestro verdadero ser. Es pintado / escrito en la caligrafía china o japonesa en una forma que no es matemáticamente perfecta. El Enso es pintado por una mano humana, con un pincel, y entonces es perfecto nada más así como es. Guiado en el momento del estado de la mente del pintor – tu puedes pintar un poderoso y bien balanceado Enso solamente si tu mente es limpia y libre de pensamiento e intenciones -. Es el verdadero momento de vaciedad con plenitud. Es el reflejo de tu estado interior de armonía.

Representa los ciclos, las repeticiones, el eterno retorno, la búsqueda del centro, el ciclo infinito de la vida y el universo.
El Enso es pintado (o escrito) en una forma que no es exactamente perfecta desde la perspectiva matemática. El Enso es creado por la mano humana, y por lo tanto es perfecto tal y como es. Realizado por el estado mental del pintor. Se puede pintar un poderoso y bien balanceado Enso sólo si la mente está clara y libre de pensamientos e intenciones. Es el verdadero momento del vacío dentro de la totalidad. Es el reflejo del estado de armonía interna.
Una característica importante del círculo Enso es que nunca es un círculo cerrado. Siempre hay una ligera abertura en algún lugar, indicando que no es algo contenido en sí mismo, sino que en lugar de eso se expande hacia el espacio, hacia el infinito, abarcándolo todo e incluyéndolo todo. Es un círculo que incorpora la armonía completa.

Pero el Enso también es el símbolo de lo visible y lo no visible. Representa el pensamiento no-dual, la unidad, “el Todo es igual que el Uno”. La expresión de toda la mente y la no-mente. Su vacío contiene la totalidad absoluta, la simplicidad, la plenitud, lo infinito, la perfección.
Según la tradición Zen, el Enso es la representación de nuestro verdadero Yo, de nuestro real Ser. 
El Yo es un círculo Enso pintado en el vacío de la no-mente.

El Enso es la imagen del Cielo y de la Tierra, del diario ir y venir, de las estaciones, de la vida; pintado con un rápido trazo; seguro pero humilde; grueso pero lleno de bondad.
Es tan perfecto, que tiene el poder de liberar y transformar al que lo contempla con claridad. Y la sensación que produce es indescriptible. Por eso se le conoce como círculo de iluminación. Solamente el lenguaje poético se puede aproximar a la profunda e inexpresable verdad contenida en el Enso. Meditar sobre estos conceptos y el momento actual de mi vivir te hace consciente y facilita claridad de acción.